Paseo – Rio Sil – O Pacio – San Paio de Abeleda – Castro Caldelas – Castillo

Rio Sil

Un paseo por el Rio Sil, Ribera Sacra, San Paio de Abeleda y Castro Caldelas en un dia de feria con Polbo a feira para acabar la jornada. El Rio Sil es un río legendario que nace en León, en Fuente Sila. La cuenca del río Sil que abarca en este caso las provincias de Lugo y Ourense que comparte en mucho tramo salvo cerca de la rúa y el Barco hasta bien entrado León al pasar a la altura de Vega de Cascallana. El río Sil está prácticamente embalsado en toda la provincia de Ourense, la cola del embalse de San Esteban pasa de la desembocadura del río Lor y el encoro de San Martín pasa de la Rúa.

Rio Sil

Donde no hay embalse el caudal ecológico es mínimo, salvo en la zona del Barco de Valdeorras. Los Peares es donde empieza el Cañón del Sil. Aquí aprovecho para citar el «Principio de perceptoloxía» según el cual el río que en el momento de juntarse forme mayor angulo con la dirección que sigue es el río principal. Según este principio, el río Sil es afluente del río Miño. No creais que la cuestión es tan fácil ya que «O Miño leva a fama e o Sil leva a auga».

San Paio de Abeleda

Monasterio de San Paio de Abeleda – Construído en el s.XII, hoy se encuentra en estado ruinoso. Fue uno de los centros monásticos más influyentes de la provincia, al desaparecer el monasterio se convirtió en abadía hasta que a finales del s.XIX los Duques de Alba se apoderaron de los bienes de la misma. Construcción románica de una sola nave y con tres cuerpos, cada uno de los cuales presenta arco de medio punto con arquivoltas adornadas de impostas ajedrezadas y capiteles de flores y quimeras. La puerta del viejo claustro conventual es un claro ejemplo gótico; con arco ojival con decoración de cuatrifolios. Iglesia románica del s.XII con transformaciones posteriores.

San Paio de Abeleda

Retablo mayor del s.XVII. Iglesia reformada en el s.XIV, quedando sólo del antiguo edificio románico una portada de los s.XIII-XIV. Iglesia con planta de cruz latina, de una sola nave, con tres cuerpos separados por arco de medio punto con motivos decorativos. Casualmente mientra visitamos los alrededores del monasterio, llegan unas personas pertenecientes al colectivo «O Sorriso de Daniel. Románico Galego«, que amablemente nos abrieron las puertas y pudimos comprobar la gran tarea que llevan a cabo limpiando y restaurando el lugar, ademas de obsequiarnos con una explicación del lugar y sus diferentes espaciós y puntos de destacado interés. Desde aquí un agradecimiento a la labor que realizan.

Castillo de Castro Caldelas

El Castillo de Castro Caldelas – Durante el siglo X la familia Gutier Menéndez se hizo con las tierras de Caldelas gracias a las donaciones de los reyes Sancho Ordoñez, Ramiro II y Ossino. La época medieval fue de gran esplendor. Así, en el siglo XII se convirtió en villa de realengo gracias de los fueros que le concedieron en 1172 Fernando II, Emperador de Galicia, León y Asturias, y en 1228 Alfonso IX. En el siglo XIV pasó a manos de don Pedro Fernández de Castro por donación del rey Alfonso XI, aunque pronto pasaría a manos de los condes de Lemos. El castillo de Castro Caldelas fue testigo de episodios históricos tales como las Guerras Irmandiñas, entre las que la tradición oral sitúa al propio Mariscal Pero Pardo de Cela, así como del asentamiento de una importante colonia judía, cuyas lápidas funerarias son hoy apreciables en el centro de la villa.

Castillo de Castro Caldelas

Buena parte de la fortaleza fue derribada durante las Revueltas Irmandiñas, siendo reconstruida por don Rodrigo Enríquez Osorio, conde de Lemos, a costa de aumentar considerablemente los impuestos a los vecinos, situación que motivó pleitos entre el concello y el conde en la Audiencia de Valladolid, que fueron por fin resueltos en 1534 por el rey Carlos I a favor de los vecinos.Durante la Edad Moderna la abigarrada fortaleza se convirtió en una construcción renacentista de carácter marcadamente palaciego.

Polbo a feira

El último episodio militar que protagonizó el castillo fue durante la Guerra de la Independencia, el ataque dirigido por los caldelaos al 15º regimiento de la división del general Marchand, quien como represalia mando incendiar la villa y el castillo, perdiéndose en dicho incendio importante documentación sobre la historia de la comarca. A partir de 1794 el señorío de Lemos se incorporó a la casa de Alba a través del XVIII conde de Lemos, Carlos Miguel Fitz-James Stuart. El edificio estuvo habitado hasta el siglo XIX por Sol Stuart, pariente de los Duques de Alba.