Con el paso de los años he descubierto que la mayor muestra de amor posible que recibimos y podemos dar a otras personas es a traves de cocinar recetas ricas y sabrosas a las personas que apreciamos y queremos. La primera vez que vi la mayor muestra de amor culinario llevado a su máxima expresión fue en el pais vasco al vivir una semana entera en casa de Imanol, un colega fotógrafo con el que tenia una cierta y curiosa relación de amistad y el encargo de una serie de fotografias en Arteleku nos llevo a Sant Sebastian.
Han pasado los años y mi relación con imanol se rompió por mi parte porque no era una relación de amistad equilibrada y por este motivo no me apetecia mantener esta relación por más tiempo, pero ahora que vuelvo a Sant Sebastian 30 años más tarde y aún sigue vivo en mi cabeza el recuerdo del amor recibido por una madre vasca que cocinaba a su hijos con mucho amor y que al mismo tiempo tambien me llenaba de atenciones y se preocupaba por mi en todo momento mientras estuve en casa de su hijo Imanol.
Por mi propia voluntad ahora he vuelto a Sant Sebastian y el destino a querido que me volviera a encontrar con otro imanol y he descubierto de nuevo otra madre con la misma actitud que la primera. ..lo cual ha despertado en mi el deseo de volver a reencontrarme con la primera ama, en este caso“ maitechu” que encontre en el pais Vasco.
Y ahora que han pasado los años me apetece devolverle un poco del amor que me dio cocinando algo para ella y como lo mejor que hago es la tortilla de patata me apetece regalarle una tortilla de patatas cocinada con todo mi saber hacer en este tema.
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